Os dejo un artículo de NG sobre los restos de Filipo II.
Aunque no hay pruebas de ADN, un estudio osteoarqueológico completo demuestra que los huesos hallados en la Tumba II de Vergina corresponden a Filipo II de Macedonia.
A partir de 1977, el arqueólogo griego Manolis Andronikos excavó una serie de tumbas en Vergina, en Macedonia Central. Una de ellas, completamente intacta, fue asociada de forma inmediata con Filipo II de Macedonia, el padre de Alejandro Magno, quien se supone que fue asesinado por uno de sus guardaespaldas en 336 a.C., tomando su hijo las riendas de Macedonia a los 20 años de edad. Desde finales de los años setenta, los arqueólogos han debatido sobre la identidad de los ocupantes de dichas tumbas: no cabe duda de que pertenecieron a la familia real macedonia, pero hay controversia sobre los restos mortales relacionados con Filipo II, que aparecieron dentro de un cofre de oro. "Después de reexaminar los huesos mediante la tomografía computarizada y la fluorescencia de rayos X nuestro equipo de investigación ha hallado nuevas evidencias que identifican al difunto de la cámara principal con Filipo II de Macedonia y a la mujer de la antecámara con la hija del rey Ateas, muerta en combate contra Filipo II en 339 a.C.", afirman Theodore Antikas y Laura Wynn-Antikas, autores de un estudio publicado recientemente en International Journal of Osteoarchaeology.
Jinetes y guerreros
La pareja de investigadores griegos ha examinado unos 350 huesos y fragmentos incinerados que fueron depositados en dos cofres dorados a modo de sarcófagos. Cada hueso, diente o fragmento óseo ha sido catalogado minuciosamente indicando sus dimensiones, marcas y lesiones. Los huesos corresponden a un hombre de unos 40-50 años de edad, según se ha podido comprobar por las características del cráneo y la pelvis, y a una mujer de unos 30 años de edad, cuyo esqueleto no estaba completo. Los huesos del hombre muestran signos de haber montado a caballo a lo largo de su vida, por ejemplo la presencia de hernias de disco en la zona lumbar, e indicios de heridas en los huesos faciales y en la mano que se corresponden con los relatos históricos sobre Filipo II, pues se dice que una flecha le dejó ciego del ojo derecho durante el sitio de Metone y que también sufrió una lesión en la palma de la mano. Por otro lado, los restos conservados en la antecámara de la tumba, acompañados de armamento, muestran traumatismos propios de una guerrera con propensión a montar a caballo que sufrió fracturas en combate, especialmente en la parte inferior de una pierna. Los restos óseos sugieren que se trata de la séptima esposa de Filipo II, la hija del rey Ateas de Escitia.
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